1. Pregunte: “¿Por qué es importante que los niños se muevan?”. Pida a los padres que anoten sus ideas. Luego, anímelos a compartir algunas con el grupo, dando ejemplos y explicando cada una. Apunte sus ideas en una cartulina grande y marque las conexiones entre ideas similares.
  2. Pida a los padres que hablen sobre los desafíos de hacer ejercicio y moverse con los niños y que compartan cómo los superan. En otra hoja de cartulina, apunte sus respuestas en dos columnas.
  3. Dé a cada participante una copia del reproducible y pídales que lean la lista. Pregunte cuál de estas razones también son válidas para los adultos. Conversen acerca de cómo las ideas de los padres encajan, añaden o desarrollan los puntos en la lista que les pasó. Por ejemplo: Si alguien mencionó que un beneficio del ejercicio “es que ayuda a los niños a estar sentados quietos más tiempo”, hágales notar que este beneficio concuerda con los puntos 7 y 8 de la lista.
  4. Pida a los padres que compartan cómo fomentan el ejercicio y el movimiento en la casa y al aire libre. Esto podría incluir juegos, rutinas domésticas y otras maneras de lograr que los niños se muevan. Apunte también esas ideas en la cartulina.

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