1. Miren juntos la historia de Abby. Luego ayude a los niños a relacionarla con sus propias historias. Usted podría preguntar: “¿Es la historia de Abby similar a la tuya? ¿En qué es igual? ¿En qué es diferente? ¿Te sientes igual a como se siente Abby?”. Si las experiencias de los niños son diferentes a las de Abby, o a la de otros de sus amigos, ellos podrían preguntar por qué sus historias son diferentes. Trate de responder con explicaciones como las siguientes:
  • Cada familia es diferente.
  • Muchas familias son como las nuestras. Hay otros niños que tienen padres divorciados. Algunas familias tienen dos padres y otras tienen solo uno.
  • Tu historia puede ser diferente a la de Abby, pero tienes un papá y una mamá que te aman muchísimo.
  • Los padres de tu prima María están divorciados igual que tus padres. Ella vive en dos casas igual que tú.
  1. Diga: “Abby nos ha contado la historia del divorcio de sus padres con sus dibujos. Ahora es tu turno para que cuentes la historia de lo que sucede en tu familia”. Invite a los niños a dibujar sus historias.
  2. Mientras los niños dibujan hablen de las cosas que han cambiado (con quién viven, dónde viven y otras cosas). Ellos podrían sentirse como que todo ha cambiado, por eso resalte las cosas que se mantienen igual, como el amor de sus padres. También puede animarlos a describir sus dibujos con la escritura (los niños pequeños pueden dictarle lo que quieren decir y usted lo escribe). Un solo dibujo puede ser suficiente para los niños pequeños. Los niños mayorcitos pueden crear un pequeño libro con varios dibujos y engraparlos todos juntos.