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Cuidar y ser cuidado

En tiempos difíciles hay personas que pueden ayudarnos a manejar nuestros grandes sentimientos, al hablar, escucharnos y preocuparse por nosotros.

Siempre tendremos momentos difíciles en la vida, momentos en los que nos enfrentaremos a grandes cambios y grandes ajustes, momentos en los que nos sentiremos abrumados y ansiosos. Estamos viviendo esos tiempos en este momento.

Admitir que necesitamos ayuda de otras personas no siempre es fácil, ni para los niños ni para los adultos. Pedir esa ayuda tampoco es fácil. Podemos creer que es importante ser siempre fuertes e independientes. Es posible que nos avergüence sentir que necesitamos ayuda de otras personas. Pero de vez en cuando todos necesitamos la ayuda de personas que se preocupan por nosotros. Por eso es importante desarrollar las habilidades de saber cómo preguntar y a quién preguntar. Las siguientes son ideas que podrían ser útiles para su familia y para usted.

Todos necesitamos ayuda

En tiempos difíciles, esté atento a las señales de su niño que dicen que él necesita ayuda adicional. Chuparse el dedo, nuevos miedos sobre los monstruos, cambios en los hábitos alimenticios o de dormir o comportamiento retraído pueden ser señales de que algo no está bien. Si nota un problema, no espere a que su niño se lo diga. Usted puede:

  • Valide los sentimientos de su niño. Reconozca que las cosas son realmente diferentes, difíciles e incluso raras. Recuérdele a su niño que los tiempos difíciles no son para siempre. Pregunte: ¿Recuerdas otra ocasión en que las cosas fueron difíciles, y luego todo eso terminó?
  • Hable sobre las personas que están haciendo lo posible para mejorar la situación. Su niño tiene muchas personas que lo aman y que están cerca de él. También hay mucha gente cariñosa que él ni siquiera conoce, como los médicos y enfermeras que atienden a las personas que se enferman, y los investigadores que están trabajando para crear una cura contra el virus.
  • Replantee que pedir ayuda es una fortaleza personal y no una debilidad; una habilidad importante para toda la vida. Hay momentos en que somos los ayudantes, y otros momentos en los que somos los que necesitamos ayuda. Enfatice que todos en el mundo atravesamos por momentos difíciles, y es cuando necesitamos ayuda adicional de las personas que nos aman.
  • Hable de momentos en que usted mismo se sintió abrumado o estancado y necesitó ayuda adicional de otros. Usted es el mejor ejemplo para su niño. De hecho, es bueno que su niño vea que usted también es vulnerable.

Paso a paso

Sea un buen escucha. Pregúntele a su niño qué es lo que le preocupa. ¿Cuál es el problema? ¿Qué ayuda necesita?

Ahora piense en la persona adecuada a quien acudir. Puede que sea usted, como padre o madre. Pero reconozca que no siempre será usted quien tenga todas las respuestas. La persona que podría ser la mejor opción para un determinado problema podría ser un abuelo, un maestro, un cuidador, un amigo de confianza o un hermano mayor. Diferentes personas tienen diferentes fortalezas. ¿Por qué esa persona en particular podría ser la mejor opción?

Recuerde esto no es de ¡dicho y hecho! Es necesario brindar ayuda y tranquilidad una y otra vez.

Una vez que haya identificado a la persona cariñosa, asegúrese de tener oportunidades específicas para estar en contacto. Tal vez sea una video llamada semanal con un abuelo o una madre e niña salir a caminar todos los días antes de la cena.

Quien sea y donde sea, la persona amorosa debe prestar toda su atención. ¡Sin dispositivos electrónicos ni distracciones!

Hacerlo real

Las siguientes son algunas actividades de cariño que podrían ser de ayuda:

  • Anime a su niño a llevar un diario. Puede escribir lo que él espera que suceda cuando volvamos a la rutina normal. También podría escribir las cosas que observa que son mejores incluso en estos tiempos difíciles. Cosas como si la familia pasa más tiempo junta o se van a dormir más tarde. ¡Quizás tengan un nuevo perrito para jugar con él!
  • Halle un “objeto para sacar la preocupación”, tal vez una bolsita de frijoles, el dibujo de una rostro con el ceño fruncido o una piedra pequeña para dárselo a una persona amorosa cuando simplemente tenga demasiadas cosas que solucionar. También podría dejar que simbólicamente otra persona lleve la carga de preocupaciones por un tiempo.
  • Recuérdele a su niño que debe agradecerle a la persona que lo cuida por esa ayuda. Puede ser con una nota, un correo electrónico, un dibujo colorido o una llamada telefónica. A todos nos gusta que nos aprecien. 

Los niños también pueden dar cariño

Puede hacer que su niño se sienta más fuerte y más capaz de darse cuenta de que él también puede ser la persona que da cariño. Ayudar a los demás también ayuda a que el ayudante se sienta mejor. Anime a su niño a:

  • Ser un buen escucha y darle toda su atención a la persona con quien habla.
  • Ser generoso cuando ayude a otros. Pregunte: ¿Te ayuda cuando la abuela llama? Si es así, ¿por qué no la llamas tú? ¿Hay algún vecino que podría sentirse alegre de recibir un colorido dibujo hecho por ti en casa?
  • Pensar en el cariño como una cadena que se extiende de persona a persona. Ayude a su niño a pensar en formas de transmitir el cariño.

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